Por Kelli Harris
Soy zurda y, según mis padres, casi reprobé el kindergarten por esta razón. Cuando tenía cuatro años asistía un programa de kínder en la mañana para mediodía en los años 70. Mi maestra me daba unas temidas tijeras con mango verde con cuales no podía cortar. (Todavía no puedo hasta el día de hoy.) Aparentemente, en mi conferencia de padres y maestros, la maestra le explicó que yo era inepta para cortar. Mis padres estaban confundidos porque podía cortar muy bien en casa. En casa no tenía tijeras “especiales.” Mis padres eran diestros (dominaban la mano derecha) y yo cortaba con sus tijeras. Afortunadamente, para mí, me volvieron a evaluar y me permitieron usar las tijeras “normales” y complete el kínder. En estos días, ser zurdo es más aceptado, pero sigue siendo raro.